sábado, 14 de marzo de 2009

Enseñando a mirar


Tipos jugando a ser niños, redescubriendo su mundo, repensando recuerdos. Aprendiendo otro lenguaje. Tipos que atesoran pequeñas imágenes de su gente, de sus lugares, que invierten horas en imágenes mentales, que corren en sueños, que extrañan “aquel día en que nos sacamos esa foto…” Con estos tipos aprendimos juntos como mirar, como nos miran, como los miramos. Aprendimos algo muy importante a mirar con ellos, a su lado aprendimos que es mejor enseñar a pescar que regalar el pescado. Descubrimos tipos con una sensibilidad taponada por el contexto, tipos encallecidos, tipos con la mirada hueca, tipos que se podían repensar en su mundo y comunicarlo por medio de una fotografía. Gente con muchas ganas de aprender más y más y más. Que cuanto mas entendían mejor preguntaban y mas grande se hacia su sonrisa cuando sacaban la foto que querían, que están orgullos de contarle a sus Flias. Que están aprendiendo a contar cosas con imágenes, que la foto no es solo para los cumpleaños, que te hace reír, que te puede conmover, que hay mucho mas que anécdotas en una foto.
Es un orgullo haber participado de esto y haberlos conocido, creo que para ellos también. Al menos lo notamos en sus miradas, en el abrazo de bienvenida, en el acompañamiento de sus miradas cuando nos íbamos. Lo mejor es que tenemos la certeza de que aprendieron otro idioma, nuevos códigos para seguir contando lo que viven y lo que mueren ahí adentro mientras esperan llegar a expandir la mirada más allá de estos gigante muros, lo que lamentamos mucho y aun hoy nos pesa que es no haber podido colgar la muestra y hacer el cierre del taller.
Lamentablemente los esfuerzos conjuntos para que esta muestra se pudiera realizar, quedaron malogrados por la desidia de algunas personas encargadas de la Institución debido a la falta de responsabilidad con la que se han manipulado nuestros materiales de trabajo, es que no sólo no se entregaron los CD’s, (hecho pautado con anterioridad),que contienen fotografías que bajo ningún punto de vista le compete a nadie mas que a los talleristas. Sino que tampoco se entregaron 7 (siete), de 38 laminas correspondientes a la muestra, fotografías que son propiedad de la UNLP y de los talleristas. Esto representa una falta muy grave, puesto que en algún punto de la cadena de responsabilidades se desviaron y no llegaron a los beneficiaros del taller… no sé si es un buen síntoma o no, me gusta pensar que las fotos eran buenas y alguien decidió quedárselas.
Michael.

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